EL AMOR INAGOTABLE DE DIOS
- Marco Alpízar

- 22 sept
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Jeremías escribió en medio de un tiempo de dolor y dificultad:
“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” Lamentaciones 3:22-23
El amor humano, por muy sincero que sea, tiene límites. Nos cansamos, nos frustramos, fallamos y dejamos de amar. Pero el amor de Dios no conoce fronteras ni se desgasta con el tiempo.
No depende de si fallaste o pecaste delante de él; no depende de si eres buena o mala persona no depende de si te sientes bien. No depende de nuestras obras ni de nuestro estado de ánimo, sino de su naturaleza perfecta.
Cada día, aun cuando sentimos que no lo merecemos, Dios vuelve a extendernos su amor y misericordia. Como un río que nunca deja de fluir, así es su gracia sobre nosotros. Cuando pensamos que hemos llegado al límite, Él nos recuerda que en su presencia siempre hay más amor, más perdón, más paciencia, más oportunidades.
El amor de Dios es inagotable porque Él mismo es eterno. Su amor no se mide en condiciones, sino en promesas, y su promesa es fiel: jamás nos dejará ni nos desamparará.
¿Estás viviendo con la certeza de que Dios te ama sin medida? Tal vez has sentido que fallaste demasiado, que tu pecado es muy grande o que no eres digno de acercarte a Él. Pero hoy su palabra nos recuerda: nada puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús (Romanos 8:38-39).


Poderosa Palabra . Amén